Enrique Manzur

Concentración, colusión y mercado

Por: Enrique Manzur | Publicado: Martes 24 de noviembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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El reconocimiento de la colusión en el mercado del papel ha tenido un potente y devastador efecto en la ya deteriorada confianza de los consumidores, no solo respecto a las dos empresas involucradas sino también sobre el sistema de mercado en su conjunto.

Ciertamente no se trata del primer caso de colusión y probablemente tampoco será el último. Sin embargo, lo extenso del acuerdo, lo rebuscado de las tácticas para coordinarse y los modos de eliminar evidencia, dan cuenta de una elaborada trama que supera la mejor novela de John Grisham y que termina debilitando las bases del sistema económico.

Desde una perspectiva más amplia, resulta paradójico que la empresa que durante la Unidad Popular simbolizó la defensa de la iniciativa privada hoy se vea involucrada en acciones que lesionan gravemente la legitimidad social del modelo de mercado y la libre empresa. La frase ¡La Papelera No!, que aglutinaba la defensa de la empresa CMPC ante el intento estatizador del gobierno de la época, hoy parece una simple ironía.

Desafortunadamente la estructura altamente concentrada de muchos de nuestros mercados genera condiciones propicias para el surgimiento de conductas anticompetitivas. Son innumerables los casos de industrias en nuestro país en que dos o tres empresas concentran el 90% o más del total del mercado. Solo a manera de ejemplos podemos nombrar: cigarrillos, cervezas, bebidas gaseosas, farmacias, supermercados, lácteos, detergentes, etc.

Obviamente, el poseer una alta participación de mercado no implica que se realizaran estas prácticas. Sin embargo, siempre estará latente la posibilidad para estas empresas de utilizar su tamaño y poder de mercado para reducir el nivel de competencia, ya sea limitando la entrada de nuevos actores a la industria o coordinándose con los ya existentes. Cuando una empresa abusa de su posición dominante, restringiendo la libre competencia, se perjudica a los consumidores y se limita el emprendimiento y la innovación. Es por ello, que resulta clave contar con sanciones ejemplares que desalienten este tipo de conductas.

Al respecto, es importante recordar que lo relevante es el valor esperado de la sanción, la cual depende tanto del nivel de las multas y penas así como de la probabilidad real de que estas conductas sean efectivamente descubiertas y sancionadas. Por ello, parece absolutamente necesario aumentar significativamente el monto de las multas actuales de manera que dupliquen o tripliquen las ganancias obtenidas, además de incorporar penas privativas de libertad para quienes resulten culpables. Al mismo tiempo, se deben seguir fortaleciendo las capacidades investigativas de la Fiscalía Nacional Económica en la persecución de estas conductas anticompetitivas. Por su parte, las empresas deben reforzar la eficacia de sus sistemas de control y gobiernos corporativos, reduciendo los problemas de agencia que pudiesen existir.

En definitiva se trata, como señala el profesor Luigi Zingales de la Universidad de Chicago, de "Salvar al Capitalismo de los Capitalistas".

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